Día 8. Miércoles.
Llego a las 7 de la mañana, con retraso, colas en el visado, problemas con el equipaje, con el taxista.
Me doy una ducha y me acuesto un poco. Se me fue de la mano. El estómago, la fiebre y el cansancio pueden conmigo.
Me despierta Juan al teléfono a mediodía, sugiriendo que me dé prisa. Así lo hago. Todo son problemas (en parte por un descuido mío, en parte por falta de entendimiento). No pasa nada. A currar.
Por la tarde intento echarme un poco pero no puedo. Tengo mil cosas. Veo a Wieke, Yasmin, me despido de Rachma (que se va a Dubai unos meses) y veo a Anthony. Me voy a la cama. No puedo dormir hasta las 2. Va a ser una noche larga.
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