miércoles, 28 de marzo de 2012

al-Brince

Queridos buscadores de tesoros,
ayer fui a "al Brince" con Marta y Juanen. Ya había estado cuando vinieron Rosa y Guille a visitarme el Noviembre pasado, pero no tuve la oportunidad de poder escribir sobre ello. Supongo que por pereza.

Pues este no es otro que el famoso restaurante popular que está en las calles del barrio de Imbeba, famoso barrio por su oposición al régimen de Mubarak de donde han sacado cientos de detenidos en tantas redadas a lo largo de años.

La comida, egipcia 100%. Nos sirvieron las ensaladas de entrante de siempre: babaganug (crema de berenjena), la "tahina" (una especie de "hummus" -semilla de sésamo con aceite y limón-) y las berenjenas enteras con especias y aceite (cuyo nombre no recuerdo)
La molokheya con carne muy rica. Muy recomendable. Se la comió casi toda Marta, jeje. Tienes que ser muy egipcio para que te guste esta especie de salsa verde que parecen mocos. ¡Está buenísima!




También probamos el "wara' lahma", que es carne de cordero especiada en salsa; el famoso "suguq", una especie de salchichas en salsa de granada (delicioso). Y todo con acompañamiento de arroz y, como no, mis patatas fritas (que no pueden faltar).

A continuación de probar esas delicias del extenso menú tomamos arroz con leche y, como no, té y shisha.

Juanen llevaba razón: "es el anti-resacas perfecto"

domingo, 25 de marzo de 2012

Paintball, el reencuentro

A modo de resumen y teniendo en cuenta la igualdad de géneros, resumiré la gloriosa batalla que tuvo lugar hace ya algunos fines de semana como "aplastante victoria del equipo de los chicos".

Lo pasamos genial, la verdad.
Después, comida en el club británico. Una pijada colonial de esas. Un día es un día. Como curiosidad diré que es toda una casualidad que la villa donde está el club fuera la antigua casa del embajador israelí.

Os dejo unas fotos...

Esta de las chicas. Un equipazo de los más internacional: Española, USA/Egipcia, Egipcia, Brasileña/Finlandesa y Francesa.
Esta creo que es la foto de "Mayo" en el calendario, jeje.

En la parte del equipo de los chicos, se me ve aquí con David "el judío" y con Juanba, hechos unos auténticos francotiradores merecedores de un buen descanso. Limpios de pintura como una patena.

Muy recomendable para descargar adrenalina.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Wanderer (léase en alemán)

Lejos de todo dramatismo y con toda sinceridad, acabo de caer en la cuenta de que no tengo a mi "amigo", ese que me conoce bien para poder hablar de cosas que me preocupan o que me ocurren.

Puedo hablar con valiosos amigos que conocen mi circunstancia, amigos que son sensibles a ciertos temas o problemas o alegrías, amigos que no lo son pero me conocen y me intuyen (que es lo difícil); pero no tengo un "todo-en-uno" a nadie afín, que me conozca, que posea cierta sensibilidad y que, además, no sólo conozca mi contexto, sino que me conozca a mí, como persona, tal y como soy.
Ya sé por qué tengo el diario y por qué me funciona.

(Der Wanderer über dem Nebelmeer -El caminante sobre el mar de nubes-  de Caspar David Friedrich)

Hace dos días terminé En el corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. Me parece casi natural que me encuentre con un autor del Romanticismo literario tardío. ¿Por qué? Digamos que me lo salté con la música. Hace unas semanas empecé una revisión musical regresiva que me llevó desde Pärt, Satie, Shostakovich (algo), Debussy y Tchaikovsky hasta Bach, pasando por Sarasate y Schumann. 
Lo sé. Me he saltado un buen trozo, pero me lo pedía el cuerpo (o el cerebro -o el corazón-). Dentro de esta pedantería, para salvarme de duras críticas, me incluiré también como intérprete de Pearl Jam, Oasis, Pink Floyd y otros.

En la novela, que no recomiendo especialmente, el personaje principal, Marlow, en la que se me antoja la entrada a la bahía de una ciudad industrial después de un largo viaje por mar, entre la niebla del alba, relata a sus adormilados compañeros la vez en que fue marino de agua dulce, en el Congo, de cuando remontó el río, en la espesura de la selva, en "el corazón de las tinieblas", en busca del señor Kurt, al que nunca había conocido personalmente, pero del que había oído cosas extraordinarias porque todo el mundo lo admiraba de forma inexplicable. Y, por supuesto, lo encuentra. Marlow describe en todo momento sobre las conversaciones que tenía con Kurt, elogia su voz, pero entre las páginas sólo se aprecia la caída en desgracia del viejo enfermo, la melancolía de dejar un mundo en el que se sumió de lleno: la selva. En definitiva un discurso sobre la pérdida, la pertenencia física a un lugar, la vida y la muerte, casi incomprensible.

El dramatismo de la escena y su esperado desenlace dice ser una crítica a la sociedad moderna (inicios del siglo XX), pero creo que la metáfora que es esta historia se puede aplicar a casi cualquier situación, incluídas las personales. No es que me encuentre del todo así (repito, no escribo con tono dramático), pero no sé por qué no dejo de pensar en esa moraleja.

Marlow cuenta que el final de la historia vino muchos años después, en una ciudad muy lejana de esa selva congoleña, en Londres. Sin este fin, la historia estaría incompleta.
De nuevo: tiempo y espacio. 

Hoy leía a Emily que decía: "It's hard being ambitious but lacking goals".
Ahora que había encontrado una, se desvanece ante mí como arena entre los dedos. Dios es irónico. De todo aprendemos, sobre todo de los fallos, y creo que estoy aprendiendo mucho, de lo que, por una parte, me alegro.

No me equivoqué en mi afirmación de principios de año.



martes, 13 de marzo de 2012

Sueños

Queridos, idos e idas.
De sueños hablaré esta vez. No sé si lo comenté antes, pero desde que me mudé  esta casa sueño mucho. Algún psicólogo me dirá que sueño lo mismo y llevará razón. Lo que quiero decir es que me acuerdo de lo que sueño al despertarme, al menos durante un rato.
Inicié la aventura de escribir primero lo que soñaba, más tarde, de escribir sobre la sensación que me producía y, más adelante, escribir sobre los sentimientos que me producían los recuerdos del sueño.
Decir "soñar que soñaba" es demasiado Borges, pero a veces tenía esa sensación. 

Recuerdo hace unos días soñar con la muerte de mi padre (que sigue vivo y coleando y dando guerra) y despertarme sobresaltado, con lágrimas en los ojos, buscando el teléfono para saber que estaba bien. Aún mientras le leía tenía esa sensación de inquietud. Fue un día extraño de todas formas.

Hace mucho tiempo, años, soñé con la muerte de mi abuelo. Me decían que eso alargaba la vida o no sé qué tonterías. Murió unos meses más tarde, unos días antes de mudarme a Egipto. También eso es la vida. Tiempo y coincidencias.

Hace dos días soñé con mi hermano. Nada grave, todo lo contrario.
Era un sueño de escena única, para que me entendáis. Yo sólo veía a mi hermano de hombros para arriba, en un claro de bosque, bajo la lluvia. El miraba al cielo y sonreía.
Para que os hagáis una idea sobre el estado del sueño y la nostalgia producida voy a intentar ponerle música, algo como ESTO (porque si mi hermano se encontrase en plena libertad y fuese una canción, sería una como esta -grunge de Pearl Jam en acústico, con esos finales honestos que te hacen vibrar todos los huesos y te ponen los pelos de punta casi haciéndote perder la cabeza mientras corres bajo el Sol, con el viento de cara, libre, sonriendo y chillando como un loco, sin tensiones ni factores ajenos o personas que intenten arrastrarte a su miseria de vida; sintiéndote tú y nada más, porque en el fondo no importa nada más, y entonces oyes esas notas de guitarra con la batería dándolo todo y entiendes que si no te emocionas y estallas en ese momento es que no sientes nada y sólo cuando la canción termina, sólo entonces, te das cuenta de que llevas 5 minutos casi sin respirar, y respiras, y te sientes más vivo que nunca, y es una sensación que nadie podrá describir y es tuya, sólo tuya-)

Al despertarme noté que lo que más me llamó la atención fue su sonrisa. Comprendí que le echaba de menos.
Y el mismo día pude hablar con él.

Y la noche pasada ocurrió el efecto contrario. No recordé el sueño. Sólo lo supe cuando vi algo que me lo recordó. Entonces no sabía si soñaba despierto con el sueño o lo que soñé era parte de la realidad o lo que yo pensaba que era la realidad. Otro lío borgiano.
Diré entonces que creo que soñé con Glenn Cloud y su maravillosa interpretación del Preludio en do menor BWV 847, de J.S. Bach.


Todo un ejemplo de la perfección técnica y de una mente desquiciada.

¿Qué soñaría Glenn?

lunes, 12 de marzo de 2012

Los bichos esos en libertad

Aquí estoy de nuevo.
Digo de nuevo porque he estado desaparecido un tiempo. O eso me parece.
Novedades que pueda contar son pocas más allá de las "novedades de madre": como bien, el tiempo mejora (ya era hora) aunque con más tormentas de arena de las que recuerdo, me abrigo y etc...

Aparte, os contaré sobre el fin de semana pasado.
Aunque se está convirtiendo en una costumbre desagradable, tuve otra fiesta de despedida. Ultimamente viene siendo algo normal que, entre otras cosas, me impide salir de esta ciudad, aunque sea para ir a Ein Sokhna (a la playa, a casa de Zizo). Y el Viernes pasado hicimos una buena barbacoa detrás de las pirámides de Gizah. Así. Como suena.
Nos desplazamos en caballos y en camellos y echamos un día de lo más original. Sorpresa al homenajeado incluída.
Nos volvimos al atardecer, en nuestras correspondientes monturas.
El problema vino al llegar a la aldea de calles estrechas donde tres idiotas montados en una calesa entraron en uno de los callejones demasiado rápido. El primer caballo (David) ya salía del callejón; el segundo (Yara) pudo esquivarlos dándose contra el muro; el tercero (servidor) no pudo por falta de espacio.
El resultado fue un choque de la calesa contra mi pierna izquierda. Entre risas pude oírles gritar "sory ser, hahaha". En fin. El guía se me acercó y me preguntó cómo estaba.
- Is everything ok, sir?
- Not really (es la respuesta diplomática cuando se quiere decir "no")
- Ah ok. No?
- No.
- ...  eeeh... ok. No problem, sir.

Está claro que no se le puede pedir peras al olmo.

No parecía grave (creo que sigue sin serlo).
Total, que llegamos a las caballerizas, desmontamos, nos despedimos y nos subimos a los coches. Una hora más tarde llegué a casa y, al bajarme del coche, vi las estrellas. Me había enfriado.

El resultado fue un desgarro cutáneo por debajo de la rodilla y una rodilla que parecía una pelota de tenis de color rojo. No pude evitar acordarme del accidente de moto que tuve en 2007.

Resultado final después de aplicar los cuidados necesarios: 2 días de baja en casa. Puedo caminar y tal, pero me molesta un poco y sigue hinchado.
Y la mala leche de tener que tratar con cierto tipo de personas en este tipo de situaciones. Es lo que más cansa de este país, sin duda alguna.ç

Y todo por un caballo que tiraba de un carro con tres burros montados en él.

Mamá, no te preocupes que estoy bien.

Ahora, a prepararme para el Cairo Jazz Festival del próximo fin de semana (otro sin salir, pero con un otro motivo).

Sólo quería dar señales de vida.

Besos y abrazos.