miércoles, 14 de septiembre de 2011

Egipto e Israel

Esta es una de esas historias que se escuchan a los tertulianos de las tabernas oscuras en frías noches de invierno, mientras el viento azota los muros y la nieve golpea puertas y hace temblar las llamas de los candelabros...

La posición geográfica del Estado de Israel, como diría Perez-Reverte, "no es casualidad, no es casualidad". Como decían algunos políticos y dictadores de la zona, en pocas palabras: Si Alemania la lió parda en las dos Guerras Mundiales, ¿por qué no se crea Israel dentro de su territorio?
Pero para gustos, los colores. 
Visto lo visto, paso a explicar esa historia de taberna que es bastante popular por aquí. Pero antes os pondré en antecedentes y os contaré que, acorde con su buen gusto y mano izquierda, el actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (el "Benji", para abreviar), allá  por 2009 avisó de que "quizás" volvería a reconquistar el Sinaí. 
Todo un ejemplo de buen hacer en mitad de un proceso de paz. Esto, en mi país es a lo que se le llama un chulo o lo de "para chulo, mi pirulo". 
A lo que iba. Que las cosas no están nunca tranquilas por aquí y estos vecinos se dedican a joderse la colada y lanzarse piedrecitas cada vez que huelen una oportunidad. 
Me parece bien. Entra dentro de lo normal.

Pero, ¿por qué una delegación/Embajada en Gizah? Precisamente en Gizah.
Para responder a esto, quizás tengamos que mirar la bandera.




La conocida "Estrella de David" (o Maguén David) -por favor, no confundir con el pentáculo ni con la estrella árabe de ocho puntas- fue establecida como bandera oficial pocos meses después de la creación de Israel. Representa muchas cosas, entre ellas, las 12 tribus hebreas que blablabla... leed el Antiguo Testamento que no explica la historia nada mal, además de ser muy recomendable.
Y esas dos bandas azules simbolizan la prenda que los hebreos usan para rezar, el Talit
Como se ve, el significado religioso de un símbolo tan importante no deja dudas de que Israel fue, es y será un estado religioso.
Pero dice la leyenda que, en realidad, la bandera es un mapa. ¿Cómo? ¿Un mapa?  Pues sí. Como el del tesoro de Barbarroja, donde la estrella, por supuesto, representa a las 12 tribus y cada una de las líneas azules, dos ríos. 
Pero, ¿dos ríos cualesquiera? No, amigos, no. Dos ríos concretos: el Eufrates (Irak) y el Nilo (Egipto). Y entienden que todo lo que hay entre ambos constituye la Tierra Prometida. 



Ahí os dejo el mapa con los dos ríos (en líneas azul oscuro) y el supuesto territorio "prometido" (al más puro estilo "Divine Real Estate").

Y ahora, queridos amigos, ahora sabéis por qué la embajada de Israel en El Cairo está/estaba en la margen occidental del río Nilo. Es el símbolo del límite del Estado de Israel imaginario.

Por supuesto, esta es una de las miles de explicaciones y cábalas que giran en torno a los símbolos e historietas de esta religión que (sin bromas) domina el mundo mundial. Esta tachada de antisemita, aprobada por algunos, rechazada por otros... las historias de siempre. A mí me parece una historia interesante, con algo de Indiana Jones, mensajes secretos y demás.
Y no me inclino ni por uno ni por otro. Y digo "me parece bien" a cualquier cosa que me plantean sobre el tema. Ya tengo yo bastante "con lo mío".

De todas formas, los egipcios, a partir de una exitosa obra teatral, realizaron una película homónima: "La embajada en el edificio" (Al sifara fil aymara) que, a modo de comedia, cuenta cómo un ingeniero egipcio que lleva tropecientos años en Dubai, vuelve a su casa en El Cairo. Justo en el edificio donde se sitúa "cierta embajada de cierto país" y claro... nadie quiere ir para allá, ni entregas a domicilio ni nada de nada, además de aguantar las presiones de los de la misma embajada. Está en youtube, en árabe, sin subtítulos.

La historia de siempre. La Historia.

1 comentario:

  1. Gracias por la explicación, realmente me ha gustado, sobre todo el saber que hay alguien con claridad y gratitud que responde a los comentarios /del parrafo anterior/, de los torpes que como yo no sabemos nada de nada de muchas cosas.
    Esto es cultura, si señor.

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