lunes, 25 de enero de 2010

El camino desde hoy

Queridos entes corpóreos,
el otro día estaba con mi amigo Luis, que trabaja para los franceses, charlando traquilamente sobre la vida y el país en una cafetería. Extrañamente hacía mucho frío (se diría que unos 6ºC), así que aproveché para sentirme como en casa, en Europa, y pedir un chocolate caliente. Qué buenos recuerdos.
Para ser sincero no me apetecía mucho salir porque llevaba todo el día con el árabe y me había animado, pero me cuesta decir que no a la quinta propuesta. Salí sobre las 19 y llegué a las 23. El tiempo voló.
Entre otros temas interesantes, Luis inició uno con una pregunta: "¿Hacia donde va el país?".
Cuando vives en otros países, al cabo de unos meses, siempre tienes esa sensación o sexto sentido que te indica hacia donde va el país: si mejora, si empeora, si va poco a poco, si la ciudadanía está o no motivada... cosas así.
En Egipto, ni él ni yo tenemos ese sentido. No tenemos ni idea.
Ayer, como caído de las alturas, me llegó este artículo que trata sobre esa cuestión.
Lo pongo sin haberlo leído con dedicación, pero en una lectura superficial creo que dice cosas muy interesantes para poder comprender este país.





La sensación que yo tengo, aventurándome, es la de que todo es precario y gris. Digo gris porque no es ni blanco ni negro. Está todo en ese punto intermedio que justifica "un poco de todo", que implica una incertidumbre mucho mayor (porque no se sabe de qué cojea) que agobia al ciudadano, que lo sume en un mundo que vive "a diario", que erradica toda posibilidad de previsión y cualquier tipo de motivación.
A estos elementos hay que sumar el factor de una religión (preciosa) malentendida y, sobre todo, mal interpretada. Una religión que limita la autodeterminación del individuo y que se inmiscuye en todos los actos rigiendo por completo la vida a todos sus fieles seguidores.

Esto, señoras y señores, es un arma. La mejor.

Y, por si fuera poco, como siempre, la casta política en su más pura y despectiva esencia. Igualita que en España, Italia, EE.UU., o incluso Alemania (puede que aquí algo menos). Manipuladora, mentirosa, oportunista, egoísta y encubridora, donde pagan justos por pecadores.
Aquí es igual, pero con técnicas diferentes. Técnicas medievales. Recuerdo al lector, si ha llegado hasta aquí en su lectura, que vivimos en la Edad Media. En 1431.
Egipto tiene políticas comunistas de establecimiento de precios públicos en puestos estatales en productos como el pan, donde por apenas 0.12 EUR, o 0.8USD, tienes más de medio kilo de pan.

Si se sabe que el Corán obliga a ayudar al necesitado... el que pasa hambre es porque quiere.
Y recuerdo que en un pueblo con el estómago lleno no hay revoluciones.

3 comentarios:

  1. Creo que esa percepción no está nada mal, la principal traba para entender cómo funciona ese país puede ser la gran diferencia cultural que hay. La gente allí (según lo que saco de lo que nos cuentas) parece tener unos valores diferentes a los que estamos acostumbrados, de forma que nos es dificil predecir cómo reaccionan ante las distintas "contingencias".

    Pero vamos, que dentro de poco te veo hecho un master de la sociología egipcia!!

    Mientras tanto ten cuidadito con lo que pones en el blog, vaya a ser que te deporten por disidente o peor, espía!! :-p

    Un abrazo!!

    P.D.
    No te tendremos aquí en ningún momento a medio plazo? Estoy deseando que nos cuentes cara a cara estas anecdotas tan divertidas que nos escribes!!

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  2. Joaquín, empiezo por la P.D.: mejor te veo por aquí porque espero no pisar aquellas tierras en un largo tiempo, amigo mío.

    Sobre la sociedad aquí... ni he empezado! A ver si desmenuzo, para lo que necesito tiempo.
    A ver si me pones mail con tu status vital.

    Un abrazo!

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  3. Por cierto, buenísima la frase de Sir Bernard Shaw:
    "Los políticos y los pañales se deben cambiar a menudo ... y por los mismos motivos"

    Esto, en este país, no pasa porque da igual que cambies o no al niño y porque no hay casta política... porque los no-dictadores como este no son ni políticos (lo cual es ya ser poco)... que lío.

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