jueves, 7 de enero de 2010
Apuntes breves sobre Fin de Año en Luxor con Patri dando guerra
Cari amici,
Fin de año en Luxor. ¿Solo? No. Con una italiana. ¿Una cualquiera? Para nada: nada más y nada menos que "la Patri" (tachán!)
Luxor hay que verlo -Taxi, taxi-. Por lo menos una vez. Estar allí, ver el Nilo, los templos, -Faluca, faluca- las esfinges, las tumbas -Taxi, taxi-, el Valle de los Reyes -taxi, taxi-.
Salir a comer, a cenar -hello my friend, hello- , a pasear en caballo y navegar en faluca -calesh, calesh-.
Todo romanticismo, a decir verdad -faluca, faluca-.
Todo fue bien -calesh, calesh-. Hacía como 3 meses que no nos veíamos -taxi, taxi-. Ya tocaba.
-Taxi, taxi. Calesh, calesh. My friend, special price for you-
En Egipto, una cosa es El Cairo y otra es cualquier luegar fuera de la gran ciudad, la ciudad más grande de toda Africa.
Luxor es diferente -taxi, taxi-. La gente es amable en general. Son pesados en particular y son -faluca, faluca- especialmente pesados por necesidad -hello, my friend-.
Lo malo de Luxor son los que intentan hacer negocio siendo pesados, mucho. Es imposible (de verdad) caminar más de 10 metros sin encontrar a algún local con la cantinela y sus variaciones sobre tema: "Hello my friend. Spanish? -lo huelen- Where you from my friend? Taxi?/Calesh?/Faluca?/Horse?/Camel?/Bike? Special price for you! Very cheap, very cheap. Only 20 Pounds -cuando serían 5 ...ó 2-" Todo de ese palo. He intentado reproducirlo al inicio de la entrada pero creo que no he conseguido el efecto justo.
Tengo que decir, que dentro de todo, el viaje merece la pena y se pasan buenos ratos con los nativos, sobre todo en dos momentos: cuando saben que no les vas a comprar nada pero les pareces simpático y quieren charlar un rato, o cuando ya les has comprado pero quieren seguir charlando -incluso te llegan a hacer pequeños regalos-.
Yo lo pasé genial. Por el sitio y por supuesto por la compañía.
Tengo que decir que, en contra de toda probabilidad, estadística y fuerza de la naturaleza, Patri NO ROMPIO NADA durante el viaje. Tampoco se tropezó -mucho- ni tiró nada ni a nadie. Se portó bien. Puede volver.
La faluca resultó más agradable de lo que había imaginado, incluso sin viento, momento en el que nuestro querido capitán en funciones, Abd el-Dakr, se bajó del navío en la orilla y remolcó cual Obelix la embarcación de más de 6 metros de eslora. Todo un campeón. Uno de los detalles graciosos fue al desembarcar. Allí te esperan unos niños con la cantinela de ayudarte a desembarcar y pedirte la propina. Lo gracioso es que estos chicos no se esperan que el turista hable ni una palabra de su idioma, mucho menos, una pequeña conversación. Total, que estaba yo bajándome y me asalta el pequeño Mohammed con un "Hello mister" y me da la mano, que declino educadamente y le pregunto (en árabe) cómo se llama, cómo está y demás preguntas de cortesía que el pequeño Mohammed me va respondiendo estupefacto. A todo esto, el colega de Mohammed, el pequeño Ahmed salta de una barca al embarcadero dispuesto a demostrar sus capacidades para el timo con su sonrisa y su "Aló, my friend!". A esto que Mohammed se adelanta y mientras sigue caminando le dice "por lo bajini" a su colega: "yattakalam araby, yattakalam araby, yattakalam arabyyyyy..." [habla arabe, habla arabe...] mientras movía la mano en plan "lárgate" y "no digas tonterías que te entiende". Se miran los dos y la cara del pequeño Ahmed fue cambiando de sonrisa abierta a estupefacción, y de ahí a timidez.
Por otra parte, Patri se puso hasta arriba de todo tipo de platos egipcios. Probó prácticamente de todo y sólo repitió el zumo de limón y la tahina (por mi insistencia).
Aunque podría, no quiero contar nada sobre tumbas, templos, faraones, incontinentes palomas que tienen todo "cagado", niños trabajando en las excavaciones, diferencias sociales, ruinas, paisajes, gastronomía (de aquí tengo que destacar el té Helba y, como no, la Tahina)... Pero para todo esto hay mil libros, documentales, fotos, comisiones y ONG's de los que ya sabréis.
De vuelta a El Cairo, todo es diferente. La casa ya parece un poco más hogar. La cocina está empezando a coger forma gracias a las insistencias de Rosa y de Patri. Siempre es bueno contar con un sabiamente censurado leve toque femenino (just kidding). Decoramos e incluso hemos empezado a cocinar algo. Cuento con una "cafetera-salvavidas" y café de verdad. Tenemos mueble bar que, aunque siempre en amenaza llopesca -o llopisma según Iker- (exagero un poco), se mantiene por lo menos hasta la prometida fiesta de inauguración del piso.
Año nuevo, vida nueva, ¿no?
Una de las Navidades más raras de mi vida. En vez de nieve, arena. Y mirad qué FOTOS
PS: GEO, ¡Sandboard! Apúntatelo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Mueble bar y Llopismo en la misma frase? Esa frase se autodestruira en 5 segundos!
ResponderEliminarSnow man!! Eso es lo que he hecho, a tamaño natural y nos ha durado el muñeco más de 10 dias, no ha habido más de 0 grados en ningún momento!! :-) Igualito que tu, no?
ResponderEliminarLo del Sand board es algo que llevo queriendo hacer hace tiempo, pero sin telesilla, va a ser que los pulmones dimiten!! :-)
1 Abrazo y feliz año según la ortodoxia occidental!! :-)
Qué es la Tahina?....Preciosas fotos, preciosas personas dentro. Ganas de verte! Abrazos a los dos desde una Bruselas nevadita muy blanca (antes de que los coches la enmarronen, claro). Pati.
ResponderEliminarSobre la Tahina prometo entrada gastronómica para desvelar secretos y novedades.
ResponderEliminarTe adelanto que la ensalada de Hummus es al garbanzo lo que la Tahina a la semilla de sésamo.
Estoy enganchado! :)