Hola a todxs.
Hoy, es uno de esos días donde parece que todo sale de la peor forma posible.
Ahora mismo son las 12:05 del mediodía.
Anoche me acosté a medianoche. Y esta mañana me desperté a las 9:30.
Dada la flexibilidad horaria de mi actual profesión más la flexibilidad general que existe en esta cultura, no es algo que me pueda importar.
Empieza el día:
- Marco no había preparado el café de todas las mañanas. Así que nada de café (no quería hacer uno, que iba ya tarde).
- El taxista, en un despiste mío -las cosas como son-, gira por una calle que, imperiosamente, me catapultó a dar un giro enorme más el tráfico que eso conlleva.
- El cambio de la botella de agua ha sido en monedas de 50 piastras, de esas con las que se podría pagar a la madre de Juan, o del enano. Toneladas de monedas.
- El móvil, sin batería a mitad de camino.
- El ordenador tardó 15 minutos (contados) en arrancar por culpa de las actualizaciones de antivirus, de software, de controladores, de la intraweb y otras tonterías que me cago en Bill Gates ("Bil Gueits").
- Me pincho con el cactus.
- Me llaman para una reunión con "un cliente" y cuando llego resulta que estaban todos los partner, con algunos abogados más, y dos representantes de la IBA (International Bar Association): yo, sin afeitar, sin traje (camisa y corbata, eso sí), y sin tarjetas.
Cuando, después de la reunión, llegué al despacho, me di cuenta de que la corbata está manchada.
Sara se acaba de pinchar con el cactus.
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Escribo desde el 31 de Mayo, el día después.
Como conclusión de la jornada de ayer puedo decir que "todo lo que sube baja y viceversa, a veces".
La cosa continuó:
- la comida llegó tarde.
- el aire acondicionado se estropeó (un pequeño detalle cuando tu despacho da a un ventanal soleado en una ciudad a 35ºC)
- la reunión de las 17:00 (salgo a las 17:00) decidió llegar, siguiendo la idiosincrasia local, a eso de las 18:30. Y se empeñó, avalado por mis colegas, en emplear cerca de una hora en hacer algo que, cuando lo hizo, le llevó (contados) 6 minutos.
Y a partir de ahí, sin ningún suceso extraordinario, con cosas sencillas... la vida cambió y puedo decir que ayer fue una buena jornada.
Dejaré el misterio ahí, pendiente (que no es tanto!) para cuando nos volvamos a juntar.
Que vida tan maravillosa y perra que nos da con todo cuando menos nos lo esperamos, pero siempre es por nuestro bien. Y lo que reconforta darse cuenta.
Sed buenos.
Yep!
ResponderEliminarÁnimo my friend, que al menos es lunes y todo mejorará hacia el fin de semana, seguro. Un abrazo.
Agur.
TE CAMBIARÉ EL CACTUS POR MARGARITAS.
ResponderEliminar¿TRAFICO EN EL CAIRO? RARO,RARO,RARO...
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