En algo parecido a un plan inicial, vine a India por tres semanas. De eso hace cuatro meses. Las conclusiones que se pueden sacar son fáciles: el país es cautivador y... grande! Tiene de todo. No lo digo como una frase hecha, sino como una descripción de algo inabarcable. Podría programar la segunda, tercera o enésima visita, pero no sería suficiente y, al mismo tiempo, sería algo injusto para otros países que están por venir y para aquellos que, por desgracia, no vendrán (sean los que sean).
En las islas creía que miraba atrás cuando, en realidad, miraba hacia abajo, a la arena. Recordaba, eso sí, las distintas etapas del viaje y, en especial, todas y cada una de las personas con las que crucé una palabra en el marco de una conversación en algún momento del periplo. Ahora me parecen historias de hace años, como si de otra vida se tratase.
Podría esforzar mi memoria para mencionarlos a todos y quizás lo haga al final de esta entrada.
No es un epílogo. Ese está por llegar, dentro de un tiempo. Hay que dejar pasar tiempo hasta el punto justo. Como en el caso del buen vino, que no puede ser embotellado temprano ni tarde, sino a tiempo, como la buena música o el mejor silencio con los amigos.
Las islas fueron un buen colofón a esta aventura india. Me dieron cobijo para recopilar de todo lo pasado.
La llegada a Calcuta fue, como dije, casi dolorosa. Pero, como siempre, había cosas para amortiguar el "batacazo". El destino me guardaba una jugada maestra como sólo él sabe hacer: fuera de toda previsión. Estando yo inmerso en mi mundo, casi ausente del resto de la ciudad, caminaba hacia el albergue cuando me encontré con Taras, el ucraniano. Con capucha y en un callejón oscuro no inspiraba demasiada confianza, pero su tono al hablar era sincero. Por supuesto temí por mis riñones, pulmones, hígado y corazón, pero al final acepté, considerando que la jugada era a plena luz del día.
¿Y qué jugada era esa?
Podría esforzar mi memoria para mencionarlos a todos y quizás lo haga al final de esta entrada.
No es un epílogo. Ese está por llegar, dentro de un tiempo. Hay que dejar pasar tiempo hasta el punto justo. Como en el caso del buen vino, que no puede ser embotellado temprano ni tarde, sino a tiempo, como la buena música o el mejor silencio con los amigos.
Las islas fueron un buen colofón a esta aventura india. Me dieron cobijo para recopilar de todo lo pasado.
La llegada a Calcuta fue, como dije, casi dolorosa. Pero, como siempre, había cosas para amortiguar el "batacazo". El destino me guardaba una jugada maestra como sólo él sabe hacer: fuera de toda previsión. Estando yo inmerso en mi mundo, casi ausente del resto de la ciudad, caminaba hacia el albergue cuando me encontré con Taras, el ucraniano. Con capucha y en un callejón oscuro no inspiraba demasiada confianza, pero su tono al hablar era sincero. Por supuesto temí por mis riñones, pulmones, hígado y corazón, pero al final acepté, considerando que la jugada era a plena luz del día.
¿Y qué jugada era esa?
Tollywood es a Calcuta lo que Bollywood a Bombai o Hollywood a Los Angeles. Exacto. No se trataba sino de participar en una superproducción Tollywoodense. Lo que me contaron era para hacer de turista en india. "Traete la mochila" me dijo.
Lo que me encontre fue un golpe cósmico: turista, sí, pero en los años 50. ¿Turista en la India? No. En EGIPTO.
Lo que me encontre fue un golpe cósmico: turista, sí, pero en los años 50. ¿Turista en la India? No. En EGIPTO.
La escena correspondía a la inicial de una película de acción "El misterio de Egipto", en la que, en un flashback de la trama, se veía a unos turistas de los años 50 (1953 para ser exactos) dentro de la pirámide, siguiendo al guía hasta llegar a la cámara funeraria, donde estaba el sarcófago con la momia de la reina nosequé (se lo inventaron). El caso es que cuando abren la tapa, la momia no está. Se supone que está por ahí, dando vueltas, el guía se asusta y sale despavorido mientras los otros, estúpidos occidentales, nos miramos extrañados sin entender nada de lo sucedido. Todo muy bien montando en el plató: los sarcófagos, la arena, los jeroglíficos, la entrada a la pirámide...
¿Qué os parece?
¿Qué tag le pongo? #ironia #señales #intervencionDivina #cachondeo #camaraOculta #...
¿Qué tag le pongo? #ironia #señales #intervencionDivina #cachondeo #camaraOculta #...
Mañana tengo el vuelo a otro país, a otra cultura, idioma y a otro todo. Otro plato de este gran menú, otra página del libro, etc, etc...
Adios, India.
No existe lo desconocido, sólo lo temporalmente desconocido. Buen viaje y disfrutalo, aunque esto sobra ya sabemos que los estas viviendo en plenitud. Suerte.
ResponderEliminarMuy bien Jacky Chan o actor secundario Bob. Ánimo en tu viaje, seguiremos tus pasos. Agur.
ResponderEliminarSabía que tus pasos te iban a llevar definitivamente al séptimo arte. No puede la vida pasar por una persona que se parece al Vince o al Di Caprio ...sin que se le reconozca, ¡¡¡por fin!!!, ese ramalazo de actor del que siempre sospeché.
ResponderEliminarUn abrazo, Guille. Tu prima Cameron (la Díaz, claro) estará que no cabe en su "gozo".
P