Queridos compañeros de esta carrera de fondo, espero que os guste la nueva imagen del blog (más limpia).
Parece ser que, en contra de lo que parecía, la vida tiende a la rutina. No es una cosa mala, tal y como la entiendo yo.
Ayer tuve sesión de peli con mis compis de piso. Lo echaba de menos. Decidí salir del trabajo (no demasiado tarde) y, sintiéndolo mucho, no atender a la presentación del documental de Mario sobre los pozos de agua en Etiopía e irme a casa, a descansar.
Tengo la sensación de que llevo las 3 últimas semanas corriendo, llegando justo o un poco tarde, con más proyectos de los que puedo abarcar (siempre fui algo torpe y lento), con más compromisos de los que me puedo permitir y con una actividad cerebral que, de forma literal, no me deja dormir. La parte buena es que la creatividad ha aumentado algo. La parte mala, que me paso el día cansado porque no duermo.
Un detalle así, al aire: la mezquita de al lado de casa ha puesto altavoces nuevos. No digo máis.
Como curiosidad del día, y sin que me tachéis de loco, diré que he leído un artículo que me ha ayudado a entender por qué cada vez que mi madre me decía "saca la basura", se me aparecía el color gris acero con forma de candado en la cabeza; o por qué la palabra "rutina" es morada y parece un desierto; o por qué el Caprice No. 5 de Paganini es color lima tirando más bien a amarillo, o el No. 24 es verde (atentos a la variación del minuto 3). No estoy loco, y tampoco voy de camino, jeje (suspiro de alivio).
Y decía que la vida en El Cairo sigue siendo fría estos días. Una ola de frío rarísima. Confío en que pase dentro de poco porque tengo ganas de ir a Ein Sokhna con Zizo y los demás, a "pescar" herizos de mar y no un resfriado o pingüinos.
[Acabo de pedir comida al restaurante de la oficina, a mi querido Saber, ex-cocinero del McDonald's y salafista convencido. Son las 12:40 hora local y acabo de pedir.
El mismo Saber que, a la pregunta: "Saber, inta maushgwl?" (estás ocupado?) me respondió rápidamente: "L2" (No). Le he puesto el crono. Ya veremos.]
Mentiría si dijera que notar esa rutina que se acerca tranquila, no hace que me sienta extraño. Es una paradoja, lo sé, pero me lo permite el lenguaje y la parsimonia del día, que cambiará -estoy convencido- de un momento a otro.
Mañana se marcha Umberto, el Maestro. No sé cuándo le volveré a ver. Es una pena. Uno no encuentra gente así todos los días.
Sobre la política de este pueblo... o lo que no es política pero puede serlo, os voy a dejar este interesantísimo reportaje (en inglés) sobre la ablación genital femenina, que afecta al 90% de las mujeres de Egipto (de los más altos del mundo, por país). Reportaje. Me llamó la atención dos cosas: la eterna pasión por el dinero (el capitalismo hace estragos cuando se introduce con calzador en pueblos que no están preparados ni lo necesitan) y las ideas del portavoz del partido salafista (realmente, desde el respeto, viven en el siglo XV).
¡Besos a todos y buena semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario