domingo, 5 de febrero de 2012

Port Said: Política y Fútbol

Ayer pude ver a Zizo.

Finalmente, después de tres días desde la matanza del estadio de Port Said y el inicio de otra ola de protestas a nivel nacional que, a día de hoy, sigue aumentando por momentos en distintas ciudades, pude tomarme un café con él.
Y está hecho polvo.

Sin preguntarle se lanzó directamente al tema.
Empezó con preguntas, reflexionando. ¿Cómo es posible que algo así ocurra? ¿Por qué la policía no hizo nada? ¿Quién es capaz de hacer algo así sólo por fútbol? Nadie.

Cuando los ultras del Ahly vieron que los del Masry se les venían encima y eran mayoría aplastante, empezaron a correr para salir de allí.
La salida de la grada del estadio del Masry se realiza a través de un único túnel que da al pasillo central, desde donde se sale a la calle.
Cerca de 800 personas bajaron corriendo la grada para poder salir. Entraron en el túnel, tropezándose. El pánico estaba presente. Se oían gritos detrás.

Desgraciadamente, habían cerrado la puerta que comunica el túnel con el pasillo central. Es decir, que no había salida.
Los ultras seguían entrando y, al poco, los gritos de pánico se transformaron en gritos de auxilio.

La gente, jóvenes, estaba muriendo aplastada. Las personas se apilaban unas sobre otras, sin remedio.
Los que estaban detrás, a punto de entrar, vieron que no se podía y entendieron lo que pasaba. La única opción de algunos fue subir las gradas y aguantar arriba.
Amr estaba allí, agolpado contra el muro de la grada superior, al igual que otros tantos, cuando llegaron los hinchas del Masry. No podía mirar. Sólo veía cómo agarraban a algunos y se los llevaban (para golpearles, presumiblemente).
Algunos fueron lanzados a la calle. Es una altura de cinco pisos.

Mientras, en el túnel, los rezagados gritaban a los del Masry que por favor ayudasen a los que estaban dentro. Estaban muriendo.

La adrenalina tiene que ser mucha para no escuchar esto y seguir golpeando a los que estaban en la entrada del túnel. Ese estado hipnótico que nubla el sentido y nos catapulta a nuestro más instintivo éxtasis guerrero. Golpear, matar.

Algunos del Ahly pudieron acceder por otra parte al pasillo. Cuando llegaron a la valla cerrada del túnel gritaron a unos militares que abrieran la puerta. La gente estaba muerta y seguían empujando.

Los militares no reaccionaron. Alguno grababa un vídeo con el móvil. Finalmente, un bedel abrió la puerta y la gente empezó a salir, saltando sobre capas de personas muertas y heridas.

Amr y otras personas tardaron 10 minutos en sacar a un amigo, tirando de él.
10 minutos. Una persona.

Las fuerzas de seguridad no hicieron nada en ningún momento. Todo esto duró cerca de una hora.

Zizo me contó todo esto de lo que le oyó a Amr.
Lleva 15 funerales en tres días. No duerme. Y se pregunta ¿y ahora qué?

No creo que esto sea una tragedia futbolística. Tiene que haber algo más. Y ese algo es la tensión que reina en el país. Cada día aumenta la inseguridad civil en la calle. Se oyen más y más historias inverosímiles hace varios meses.

El futuro es incierto, pero ahora más que nunca se puede decir que esto es una olla a presión.
Y la gente no puede más.

1 comentario:

  1. Desde la lejania me asombra la descripción tan acertada de lo ocurrido comentada tan directamente por tu amigo.

    Animo, tranquilidad y respeto a un pueblo que esta buscando una nueva vida.

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