domingo, 13 de diciembre de 2009
Siria y Jordania
Queridos lectores, pacientes lectores,
el viaje fue el mejor ejemplo de improvisación y poca previsión. Lo más grave, el tema de visado para Siria y tanta entrada y salida entre estos países en un viaje que se planeó sencillo y práctico pero que salió como el culo, aunque lo pasáramos bien. Tan contentos y tan panchos nos plantamos en la frontera siria y sinceramente creo que nos deberíamos haber llevado muchas collejas, pero bueno, voy por partes.
Lo digo ya, lo mejor, volver a la gente.
Llegamos a Amman y nos recogió Rachel en coche. Quedamos a la 1 am, y 45 minutos después Pablo y yo le cantamos el cumpleaños feliz. Estuvimos con ella charlando hasta tarde (está genial la tía, allí en Estambul) y nos fuimos a dormir para, al día siguiente first thing, ir a Damasco en taxi. Aquí es donde podemos meter el asunto de la frontera que, al final, no llegó a más, la verdad, pero pudo haber sido una broma pesada. Lo peor, el trato de sobrados de los policías fronterizos.
El caso es que llegamos y nos metemos en el hotel que nos recomendó Rachel. A partir de ahí, a patear hasta el día siguiente que llegaba Pabliño.
En esta época del año (como debe ser en este hemisferio del globo) hace frío en Siria. En Egipto no, no mucho. No íbamos preparados.
Llega Pabliño, conocemos a Mario, becario de informática de Damasco, alquilamos coche y nos piramos los cuatro a Palmira.
A esto que, en mitad del desierto, por donde va la carretera, me da por preguntar en alto eso de: “Oye, ¿de gasolina cómo vamos?” Silencio sepulcral.
Y aquello con poca pinta de que apareciera una Cepsa a la vuelta de la esquina, la verdad. Total que seguimos a 80 Km/h, en quinta y en mucho silencio y alguna risa floja. Paramos en el primer sitio con luz que vemos, el Café Bagdad 66, en mitad de la NADA.
El tipo nos da té (leche con galletas a Llopis) y su número de teléfono por si nos quedamos tirados. Nos informa que de ahí a Palmira sólo hay una gasolinera… a la entrada de Palmira, a algo más de 100 Km. La luz de la gasolina no se ha encendido todavía cuando, después de pagarle los tés a precio de caviar, tiramos de nuevo carretera y manta. Todo eran risas. Nos habíamos convencido de lo peor: Carretera y desierto.
Conducía yo y a cierto punto me dirijo a Pabliño y le digo algo tal que así:
“Pablete, tengo dos noticias. Una es que la luz de la gasolina está encendida” –le comento.
“¿Y la otra?” –me dice él.
“La otra es que no pita cuando se enciende” – ...miradas de órdago.
110 Km más tarde, vemos luces en la lejanía: Palmira ...snif, snif… pestazo a gasolina quemada: los posos del depósito!
Cuando llegamos a la gasolinera, creo que el coche tenía autonomía para 50 metros más. El caso es que el gasolinero, majete, nos pregunta de dónde somos y le respondo que yo soy de “Ishbiliya” y me dice que está viendo el Sevilla – Valladolid por la tele. Nos metimos todos en la caseta (con estufa) del gasman a beber té y ver el partido. El pavo es madridista. Nobody’s perfect. Fue un buen rato de descompresión.
Con el depósito lleno después de todo esto te sientes poderoso. Llegamos al hotel e hicimos la visita de las ruinas por la noche (iluminadas)
Espectacular (--fotos--)
Dormimos en el pueblo después de un castizo botellón en las ruinas. Si me vieran mis padres o mis colegas los historiadores/arqueólogos me iban a dar más collejas para terminar aún más tonto.
Al día siguiente, Palmira de día y de vuelta a Damasco. La carretera del desierto tenías constantes desvíos hacia la izquierda, hacia Irak. Tentador. Miradas de “no hay huevos” y una voz de “no, no, estáis locos”. Aventuras cero, gracias.
Decidimos que para qué andar con prisas y tirar a Jordania si íbamos a tener que dormir en Amman de todas formas y no nos daría tiempo a ir a Petra. Fue un momento bueno para ir a Aleppo pero alguién curraba al día siguiente (justificado). Aventuras cero.
Antes de llegar pasamos por Ma'loula, uno de los pocos pueblos que mantiene el arameo como lengua de uso (y no sólo litúrgica). Está medio excavado en la montaña. Es muy bonito.
Llegados a este punto, con frío, cansados, con pocas ganas de ir corriendo a los sitios, fuera de presupuesto ya a dos días de pillar el avión, decidimos quemar cartuchos en Damasco con Pabliño, salir por ahí a cenar, dormir y echar la mañana siguiente por las calles de Damasco hasta la hora de comer para volver a Amman (y Pabliño a Beirut).
El viaje de vuelta fue sin incidencias aunque los dos que venían con nosotros casi se quedan en la frontera por llevar visado sirio caducado… en fin.
Amman para dormir después de una buena cena. Visita matutina y, al aeropuerto.
Al llegar a El Cairo, mal rollo con el taxista a casa. Pérdida de mi móvil. Mal rollo con el taxista al Hourreya donde nos esperaban Álvaro y Esther (que vinieron de Oslo a pasarse el finde en El Cairo y se quedaron en casa) con los colegas.
Amman no merece la pena ni siquiera una mañana. Damasco merece dos o tres días. Palmira un par o uno bien aprovechado viajando de noche.
Me (nos) hubiera gustado ir, al menos, al Mar Muerto, pero con el frío, la lluvía y el poco tiempo, creo que iba a ser más una tontería que una aventura. Hay una línea bastante fina entre estos dos conceptos en el siglo XXI.
Saludo a Rachel, a Alvarito, que no le mola el blog (sólo hay que acostumbrarse Alvaro). Un besazo a Esther. A Pabliño le digo que me sorprende mucho cada vez que hablo con él y que me alegro de que esté encontrando su sitio en Beirut.
Y a Llopis… a Llopis creo que lo voy a echar de menos los próximos días mientras esté en Etiopía.
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Joder como mola, menuda macro-quedada del grupo E, ya hasta de Oslo van a veros!!! Me alegro de que lo pasarais bien (ya me hubiera gustado estar en ese coche cuando lo de la gasolina, menudas rias me hubiera echado).
ResponderEliminarUn abrazo Guille.
Que envidia que os juntarais alla todos!! Guille, nunca imagine que tendrías tanta gracia contando historias, pero eres el mejor. Un abrazo desde Mumbai!
ResponderEliminarJoder, eso parecía el Herjomar en hora punta!! Me está encantando descubrir el mundo árabe a través de vuestros blogs. Que no decaiga!
ResponderEliminarPura vida!
seguro ke no llevabais un tanque.... tdL!! de ahí vuestro miedo a quedaros tirados! :P
ResponderEliminar1beso pek! me lo paso genial leyendo tus aventuras!