Queridos todos,
servidor os recomienda este país. No sabría deciros si para vivir allí, pero, desde luego, para ir de vacaciones.
Como aproximación os diré que Líbano es un país, sin duda, mediterráneo en casi todos sus aspectos: gente, mentalidad, estilo de vida...
El país, a grosso modo, es un caos, tanto por el tráfico, como por el entramado social que tienen montado allí. Lo de las religiones y la política es del tebeo. Pablo lo describe bien en su blog.
Un lío. Aquí, en cuanto a religiones, las peras se van con las manzanas, los plátanos con los mangos, los cocos con las piñas... un lío, oiga. Después, dentro de las nosecuantas sectas/religiones que hay, cada una tiene su facción moderada y la dura.
El tema más recurrente es, por supuesto, Israel, y ya lo creo que se cogen nuevas perspectivas sobre el tema palestino. Pero no voy a entrar en eso.
Del país puedo hablar de la enorme y excesiva cantidad de coches de lujo que hay, la limpieza de las calles, los edificios bombardeados junto a los reconstruidos, las libanesas, los carteles de Hamás, los seguidores de Hezbollah, el asentamiento palestino, la vida nocturna, los tres idiomas oficiales (árabe, francés, inglés)... mil cosas.
Luego vuelvo a Beirut.
De Baalbek digo que, a pesar de ser árabe, el pueblo está bien enfocado al turismo, puesto que quiere aprovechar sus ruinas romanas con las columnas más altas que se hayan construido (dentro del templo cabía el Partenon griego).
De Byblos puedo decir que se trata de la población que ha sido habitada continuamente durante más tiempo en la historia (por lo menos, que se sepa).
De Beirut podría decir tantas cosas que no sé por donde empezar y, para no aburrir, me dejo muchas en el tintero. No es árabe, pero lo es. No es europeo, pero lo es.
Tengo que dejar claro que mi criterio está drogado por El Cairo. Mi perspectiva está viciada y cualquier cosa fuera de la capital egipcia me parecerá el primer mundo (como ocurrió con Damasco -cualquiera que la conozca me dirá, con razón, que este comentario es una locura-). Beirut me pareció maravilloso.
Pablo y Rafa (y Nada y Miguel) hicieron del viaje uno mucho mejor. Espero devolverles la aventura en El Cairo.
Me vais a perdonar, pero no sé muy bien qué escribir sobre este tema. Es raro, pero es así. Escribiría tantas cosas que se me quedaría una entrada demasiado larga.
Os voy a dejar las fotos comentadas, creo que será lo mejor. Por cierto, tengo que decir, del tema foto: prohibidas. Así de tajante. Resultado: mucho paisaje, poca gente.
Voy a colgarlas y modifico esta entrada.FOTOS.
How it's good to come back. Back and Forth.
lunes, 22 de marzo de 2010
La visita del comandante
Querido lector,
Plácido vino, vio y... se piró. Visitaron (él y Susana) prácticamente todo el país: El Cairo, Aswan, Luxor, Dahab y Sharm. Todo menos el desierto, pero todo lo más destacable (en opinión de muchos).
El caso es que estuvo muy interesante la visita y, personalmente, me quita una espinita que tenía desde hace tiempo con mi señor padre.
El caso es que acabaron contentos y con el estómago lleno, y yo también.
A mí me vino bien para algunas cosas, como por ejemplo, ver los Derviches: el espectáculo heredado del imperio otomano en el que participan músicos y unos bailarines que empiezan a girar (parece que están en trance) mientras se van quitando las faldas de colores (sí, sí, faldas). Es un espectáculo gratuíto, financiado por el gobierno y por el que hay que esperar como dos horas para entrar, sentarse y esperar para una hora y media de espectáculo. Puedo decir que la espera merece la pena. Aquí dejo algunas fotos.
Sé que la entrada es breve, pero lo bueno, si breve... pues eso :)
¡Eah! ¡Al parque a correr, chavales!
Plácido vino, vio y... se piró. Visitaron (él y Susana) prácticamente todo el país: El Cairo, Aswan, Luxor, Dahab y Sharm. Todo menos el desierto, pero todo lo más destacable (en opinión de muchos).
El caso es que estuvo muy interesante la visita y, personalmente, me quita una espinita que tenía desde hace tiempo con mi señor padre.
El caso es que acabaron contentos y con el estómago lleno, y yo también.
A mí me vino bien para algunas cosas, como por ejemplo, ver los Derviches: el espectáculo heredado del imperio otomano en el que participan músicos y unos bailarines que empiezan a girar (parece que están en trance) mientras se van quitando las faldas de colores (sí, sí, faldas). Es un espectáculo gratuíto, financiado por el gobierno y por el que hay que esperar como dos horas para entrar, sentarse y esperar para una hora y media de espectáculo. Puedo decir que la espera merece la pena. Aquí dejo algunas fotos.
Sé que la entrada es breve, pero lo bueno, si breve... pues eso :)
¡Eah! ¡Al parque a correr, chavales!
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