"Me gusta cuando estás cerca porque haces que me sienta feliz"
Si no fuera por la costumbre de fijar un día de calendario creo que aún estaría en las calles de Bangkok, dando vueltas, borracho de colores y sonrisas como un lunático en un manicomio.
Si no fuera por la costumbre de fijar un día de calendario creo que aún estaría en las calles de Bangkok, dando vueltas, borracho de colores y sonrisas como un lunático en un manicomio.
De haber un inicio, sería tocando las últimas cuatro notas de una vieja canción, sentado enfrente de un Kawai de cola, negro, del que me costó despegarme tanto como me costó salir de la ciudad.
Un Toyota de color rosa, un taxi, me llevó a la estación del Sur, en la parte Oeste de la ciudad. La ruta fue más larga de lo que debiera y se lo hice saber al taxista, que se puso rojo. Pero llegué a tiempo.
¿Y a tiempo de qué?